Frank Lloyd Wright y sus obras más increíbles


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De entre los muchos y muy buenos arquitectos de finales del siglo XIX que nacieron en América, seguramente Frank Lloyd Wright sea uno de los mejores y más insignes representantes, por toda su obra y por lo que inició, siendo el precursor de la Arquitectura orgánica tan de moda hoy en día, en la que los edificios encajan en la naturaleza y no tiene porqué dañarla ni destruirla.

Nacido en Wisconsin en 1867, acabó trabajando como arquitecto después de querer dedicarse a la ingeniería, y buscando siempre algo alternativo, saliéndose de lo convencional. Su estilo tan marcado y sus obras le han colocado en el Olimpo de los Dioses de la arquitectura moderna, como demuestran las obras de las que vamos a hablar a continuación, y que seguramente suponen algunas de sus más populares obras.

Casa de la Cascada

La obra maestra de Wright, creada a finales de los años 30 y convertida ya en un auténtico símbolo. Fue uno de los trabajos más espectaculares del arquitecto, empeñado en crear un edificio justo dentro de una cascada del río Bear Run, en Pensylvania. El resultado fue una casa de distintos niveles en la que el agua resbalaba por su superficie, encuadrada en plena naturaleza, y dejó maravillados a todos. Fue portada de la revista TIME y llegó a ser calificada como la obra arquitectónica más hermosa jamás construida en América. Hoy en día funciona como museo y es por supuesto un monumento nacional, recibiendo miles de visitas cada año, por su espectacularidad y por ser el máximo exponente del estilo de su creador.

Hotel Imperial

Frank Lloyd Wright era un auténtico enamorado de la arquitectura y de la cultura japonesa, tanto que incluso en su obra americana hay detalles y guiños a la misma. Cumplió uno de sus sueños al diseñar el espectacular Hotel Imperial a principios de la década de los 20. El mismo día de su inauguración oficial habría un devastador terremoto en Japón, pero el edificio aguantó estoicamente, convirtiéndose en un símbolo. Posteriormente fue trasladado desde Tokio a Nagoya, aunque solo su hall, debido a que sería derribado en Tokio para realizar una torre mucho más alta. Hoy en día sigue siendo toda una referencia en el país nipón y una de las obras más destacadas del arquitecto americano.

Taliesin West

Como buen arquitecto que era, Floyd Wright también se diseñó a si mimos una casa para el invierno, que le sirvió igualmente de escuela para formar a los futuros arquitectos que continuarían por su camino y con su legado. Se trataba de Taliesin West, una residencia en Scottsdale, Arizona, que actualmente funciona también como el centro neurálgico de la fundación que lleva su nombre. Wright creo una casa aparentemente sencilla pero de un diseño ostentoso, con materiales traídos directamente desde el desierto, porque sentía que debía estar conectada al lugar donde se erigiese, y en Arizona no hay nada más típico que el propio desierto.

Beth Sholom Congregation

Se trata de la única sinagoga creada por el arquitecto norteamericano, ubicada en este caso en Filadelfia, Pensylvania, un lugar que se ha convertido en un referente más allá del culto hebreo, puesto que el diseño del edificio es absolutamente imponente, con forma de pirámide y con una base compleja y muy llamativa. Su construcción terminó en 1959, siendo así una de las últimas obras de este genio de la arquitectura, que para muchos concibió un nuevo concepto de templo aunando lo antiguo y lo moderno en un solo edificio que hoy en día es admirado mucho más allá de su función como sinagoga, y que se ha convertido en una referencia para muchos otros templos en Estados Unidos.

 

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