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La historia del arte está llena de cuadros que han marcado un antes y un después. Obras que han hecho que sus autores sean reconocidos en todo el mundo, por su talento, por todo lo que han logrado exponer, por cómo han cambiado la visión de las cosas. Atreverse a romper con lo establecido ha siempre una constante en los artistas más notables, y el ejemplo perfecto es el de Picasso. El pintor malagueño fue uno de los referentes más importantes de la pintura a principios del siglo XX, siempre a la vanguardia de este arte. De hecho, hoy en día se le reconoce como uno de lospintores modernos más influyentes, con un estilo tan propio que ha sido mil veces imitado, aunque nunca igualado. Hay autores que han conseguido su fama gracias a una sola obra popular. Picasso puede presumir de contar con decenas de cuadros muy reconocidos. La intensa vida del pintor malagueño le llevó a dibujar todo tipo de escenas y situaciones.
Podía meterse de lleno en el horror de la guerra en el Gernika, seguramente su obra más conocida, y también volverse mucho más terrenal pintando a unas prostitutas en Barcelona. Durante todo el tiempo que estuvo en Paris, en el exilio, Picasso demostró tener un gran interés por dibujar a mujeres desnudas o en situaciones sensuales. Algo que ya venía de lejos, realmente, y que pudo desarrollar mucho mejor en sus etapas más avanzadas, cuando ya era un artista reconocido en todo el mundo. Su cuadro más sugerente, sin embargo, data de sus inicios como pintor cubista. Hablamos, claro está, de Las Señoritas de Avignon, una obra que actualmente se puede ver en el MoMA de Nueva York, y que representa a la perfección esa búsqueda del pintor malagueño a través de nuevos estilos de vanguardia. Un cuadro que en su momento ya provocó muchacontroversia, no solo por su estilo, sino también por lo que representaba. Y es que el sexo seguía siendo un gran tabú a principios del siglo XX, pero gracias a artistas como Picasso, también se convirtió en parte de la cultura y el arte.
Pablo Picasso, su autor
Para hablar de Pablo Picasso sobran las presentaciones. Es uno de los artistas más populares del mundo, uno de los más influyentes, y considerado unánimemente como uno de los pintores más grandes del siglo XX. Su fuerza radica precisamente en su manera de hacer las cosas, en lo especial que era, saliéndose siempre de lo reglado, del camino marcado, para crear su propia senda. Picasso nació en Málaga en 1881 y desarrolló posteriormente su carrera en grandes ciudades europeas como Barcelona o París.
Fue uno de tantos artistas que sufrió el exilio por la Guerra Civil y posterior dictadura militar de Francisco Franco, al haberse declarado comunista desde su juventud. Murió en 1973, en Francia, tras haber sido reconocido ya como un artista total. Hoy por hoy sus cuadros se exhiben en las mejores pinacotecas del planeta, y a sigue siendo una inspiración y una influencia innegable para cualquier artista de vanguardia.
Una calle llena de burdeles
Centrándonos ya en la obra que nos atañe, Las Señoritas de la Calle Avignon representa ni más ni menos que la situación de cinco prostitutas en una populosa calle Barcelonesa. La calle de Aviñón o Avinyó se encuentra en el Barrio gótico de la capital catalana, uno de los más céntricos de la Ciudad Condal. Sin embargo, a principios de siglo aquel lugar estaba lleno de burdeles clandestinos, utilizando tabernas y salones de juego como tapaderas para este tipo de negocios. Las mujeres solían colocarse en la calle, esperando a los clientes y tratando de persuadirles para que les pagaran por un rato de sexo. A principios de siglo, la prostitución estaba prohibida en España, pero la ley solía ser muy laxa a la hora de la verdad, entendiendo que el trabajo de estas señoritas era, al fin y al cabo, necesario.
En el momento de pintar el cuadro, Picasso ya había viajado a París y había recibido igualmente la influencia de los pintores románticos franceses. Era habitual que estos hombres encontrasen la inspiración en las mujeres de placer, especialmente en el barrio de Montmatre. Picasso decidió copiar esa influencia y llevarla a su propio estilo, que todavía se estaba fraguando en 1907. Por eso siempre se alude a esta obra como protocubista y no cubista en sí, ya que todavía está a medio camino. Se puede denotar en la propia forma de las mujeres que aparecen en el cuadro, ya que evolucionan desde la más realista a la más deformada, conforme vamos de izquierda a derecha. Los colores son cálidos y predominan los rojizos, rosados y azules.
La inspiración de Picasso en las prostitutas
La relación de Pablo Picasso con las mujeres como musas era bastante importante. De hecho, el malagueño sentía predilección por el cuerpo femenino, como ha demostrado en innumerables obras. Las señoritas de Avignon cuenta con la particularidad de tener a unas prostitutas como protagonistas, mujeres que en aquel momento, y todavía hoy, siguen estando marginadas por la sociedad. Para el artista, las prostitutas eran iguales, ya que realizaban un trabajo por el que eran señaladas. Esa parte de malditismo que muchos pintores todavía conservaban supone, desde luego, un punto en común con esas mujeres. Los placeres de la vida por encima del sesgo de la propia sociedad. Convertir a una prostituta en arte era, de hecho, una especie de reto a las convenciones sociales.
Muchos han querido ver en el cuadro también una advertencia del propio Picasso con respecto a las prostitutas, aunque esto entraría en choque con la idea anterior. Como se puede observar claramente en la obra, las cinco prostitutas están dibujadas de formas muy diferentes. De hecho, las de la izquierda tienen un cuerpo más realista, más cercano a lo que es el cuerpo femenino de verdad, mientras que cuanto más a la derecha vamos, más distorsión se crea. La última prostituta, la de la derecha del todo en el cuadro, está ya totalmente modificada, deformada por el estilo del artista. ¿Es algo natural o es una advertencia del propio Picasso sobre los problemas de salud que acarrea la prostitución? Las enfermedades venéreas comenzaban a afectar de forma tangible a muchos de sus colegas, y puede que el malagueño tratase de advertirles de esa manera.
Una de sus obras más populares
Las Señoritas de Avignon es, sin lugar a dudas, una de las obras más reconocibles de Pablo Picasso, tanto por su contenido como por su forma. A pesar de que pertenece a una de las etapas más tempranas del artista andaluz, Picasso ya era capaz de demostrar todo su talento y su singular estilo en este cuadro tan importante.
Posteriormente dibujaría y crearía otras obras insignes, como el Gernika o El Sueño. Previamente, en su llamada “etapa azul”, habría creado también otros cuadros inolvidables como El Viejo Guitarrista o La Vie, que marcaban el inicio de su incipiente carrera, con apenas 23 años. Estas obras se encuentran hoy en día en los museos más importantes del mundo.