Cómo afecta el sexo a la creatividad artística

Jack London, el famoso escritor norteamericano conocido sobre todo por ser el creador de Colmillo Blanco, dejó una frase muy especial para la posteridad. London aseguraba que “no puedes esperar a la inspiración, debes ir en su busca con un bate de béisbol”. La imagen resulta bastante impactante, pero no hemos de quedarnos en la superficie, sino entender lo que el escritor quería decir. Sabía, como cualquier artista, que si simplemente esperamos a que la inspiración nos llegue y dejamos pasar el tiempo, seguramente no logremos crear nada. Si solo trabajamos cuando nos sentimos creativos o inspirados, lo más probable es que no encontremos la manera de dedicarnos al arte. La inspiración es una chispa que puede llegar a prender nuestra creatividad, pero debemos buscarla. Lo contrario sería como esperar que una hoguera se prendiera sola al caerle un rayo encima. Casi imposible, y por tanto, muy frustrante si solo nos limitamos a esperar.

Hay otra frase muy conocida, y habitualmente referida a Pablo Picasso, que alude a la necesidad de que la inspiración nos pille trabajando. Esto también es importante en el sentido artístico de la palabra inspiración, porque significa precisamente que si no la buscamos, no aparecerá. Podemos quedarnos sentados y esperar a que esa chispa surja, pero si estamos trabajando para que prenda, todo será mucho más sencillo. La inspiración sigue siendo uno de los grandes misterios de nuestra especie. De hecho, la creatividad es lo que nos ha traído hasta aquí, desarrollando soluciones a problemas que solíamos localizar en nuestro entorno. Para convertir esos problemas en soluciones debíamos imaginar respuestas creativas. Con el arte y la cultura pasa lo mismo. Interiorizamos emociones y luego las plasmamos en obras de arte, desde libros hasta canciones. No sabemos exactamente por qué hay personas más creativas que otras, o porqué hay etapas en las que esas mismas personas super imaginativas parecen quedarse sin inspiración. Son muchos los factores que pueden llegar a afectarnos en ese sentido, porque al final todo depende también de nuestro estado de ánimo, de nuestra visión de la vida… El sexo es uno de esos factores, y cada vez estamos entendiendo que es más importante no solo para una buena salud general, sino para ser mucho más creativos.

La inspiración, todo un misterio

Entender la inspiración resulta muy complejo porque, aunque queramos explicarla, nadie sabe realmente como funciona. Los expertos llevan décadas intentando desentrañar este misterio y hasta ahora lo único que han conseguido es localizar algunos lugares especiales en el cerebro donde se supone que se trabaja de forma intensa cuando se nos ocurre una idea. Hay ciertas zonas de nuestro lóbulo temporal que se iluminan cuando estamos solventando un problema matemático, por ejemplo, o componiendo una canción. Pero, ¿cómo ocurre esto? ¿Por qué hay personas que tienen mayor facilidad que otras a la hora de encontrar ese camino hacia la creatividad? Tal vez tenga que ver con la genética, con nuestras propias emociones, con la forma en la que afrontamos la vida o con la experiencia que hayamos disfrutado hasta ese momento…

Todo esto influye, pero al final, la inspiración artística está íntimamente relacionada con nuestras vivencias y emociones. Incluso cuando escribimos sobre temas poco realistas, estamos dejando una parte de nosotros mismos ahí. Hablamos de lo que nos pasa, de lo que sentimos y experimentamos, y el sexo tiene un lugar muy importante en esto, incluso cuando no se representa de manera explícita. Hay obras donde el sexo es, de hecho, un tema muy importante, pero no tiene por qué serlo para dejar su marca. Una persona que mantenga una vida sexual intensa puede tener también mayor facilidad para componer una canción. Así lo aseguran varios estudios que relacionan la actividad sexual con un mejor desempeño creativo y artístico.

Artistas que utilizaban el sexo como chispa

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Cuando se trata de sentarse a escribir una canción o componer un poema, cada artista tiene su propia forma de afrontar ese ritual. Algunos sencillamente se toman un café por la mañana y se sientan a escribir, a ver lo que sale. Para otros, la noche es la mejor aliada, ya que encuentran mucha más protección en el silencio y la bendición de la oscuridad. Cuando la inspiración tarda en llegar no son pocos los que utilizan métodos “poco ortodoxos” para atraerla. En la música, por ejemplo, es habitual que los creadores tomen drogas para encontrar el camino hacia la creatividad. Eso no significa que la cocaína, por ejemplo, ayude a componer mejor, pero es cierto que para algunas personas resulta un empujoncito indispensable. Otros prefieren el alcohol, irse a la playa… o echar un polvo.

Y es que el sexo también puede ayudarnos a evitar bloqueos creativos, despejando nuestra mente de problemas para que todo fluya mucho mejor. La pasión sirve como acicate para que nos olvidemos de todo lo malo, de todo lo que nos limita, y quedemos más liberados. Estudios universitarios han determinado que las personas con una vida sexual más activa también suelen solventar mejor los problemas que requieren de cierta creatividad. Para los artistas esto es especialmente importante porque se basan en sus propias emociones para alcanzar el objetivo de crear algo hermoso, intenso o incluso doloroso. El sexo puede servir de chispa, tanto en el momento del placer como posteriormente, cuando añoramos esos instantes de pasión y lujuria, como forma de impulsar nuestra creatividad.

Los estados de ánimo y las emociones

Todo está en las emociones, de hecho. Lo único que un artista busca, yéndonos a lo más básico, es generar alguna emoción en quien va a ver o escuchar su obra. Hacerle sentir algo al espectador, normalmente lo mismo que él sentía al crear la obra. Una canción de amor puede convertirse en todo un himno para una pareja que no conoce de nada al autor, pero siente lo mismo. Se empatiza a través de las emociones, y eso hace que la creatividad también dependa mucho de ella. Hay escritores que afirman que solo pueden escribir cuando están tristes, porque si son felices están demasiado ocupados disfrutando de la vida. El estado de ánimo también afecta a la propia creatividad, y eso es algo que todos hemos podido comprobar alguna vez.

Dando por cierto todo esto, ¿no sería el sexo una manera maravillosa de poder canalizar esas emociones y generar estados de ánimo mucho más receptivos para el arte? Hay pocas experiencias vitales que supongan un chute de positivismo y adrenalina tan intenso como el propio placer sexual. Estos encuentros generan dopamina y endorfinas, sustancias que literalmente nos hacen estar más felices. En este estado de ánimo, ahora cambiado, tendremos más posibilidades de crear algo hermoso y especial, algo que transcienda. La inspiración tal vez nos resulte esquiva, pero hay trucos para alcanzarla, y el sexo puede ser una herramienta perfecta para conseguirlo. Y si no es así… bueno, al menos habremos disfrutado de un rato de placer, que eso nunca ha hecho daño a nadie.

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